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Esta onda de energía provoca cicatrización, regeneración  y reparación en los tendones y tejidos blandos, lo cual hace que haya un alivio del dolor rápido y efectivo restaurando la movilidad del paciente y su integración a sus actividades laborales y deportivas respectivamente.


La terapia de ondas de choque, se aplica progresivamente sobre la zona previamente identificada y su objetivo principal es provocar una reacción inflamatoria en la zona, mediante el estrés traumático de las ondas para estimular la reparación. Durante un corto periodo de tiempo después del tratamiento se produce dolor.


En la práctica se pueden distinguir 3 fases:


Fase 1: alivio inmediato por 6 horas.

Fase 2: aumento notable del dolor  durante 1 a 4 días.

Fase 3: 50% al 60% de mejoría gradual hasta que el tratamiento finaliza hacia la sexta semana.

Una alternativa: Eficaz, segura y no invasiva contra el dolor crónico musculo-esquelético


La terapia con ondas de choque fue originalmente desarrollada por la firma –  Dornier MedTech –  para romper los cálculos renales hace 25 años. Desde entonces los médicos descubrieron que la terapia extracorpórea por ondas de choque beneficiaban a las personas con tendinitis crónica, para que con su efecto analgésico acelere la reparación de estructuras lesionadas musculo esqueléticas y de ligamentos, aumentando la producción de colágeno en los tejidos más profundos,  llegando así a restaurar la movilidad de la articulación en tratamiento.

El tratamiento de Ondas de Choque fue aprobado por la FDA  en el tratamiento de las Tendinopatias Crónicas.

Entre los tratamientos más comunes tenemos: espolón  calcáneo, Dolor en el arco plantar, tendinitis tibial anterior, tendinitis patelar, tendinitis del hombro, calcificación del supraespinoso, bursitis subacromial y epicondilitis.

Una onda de choque es una onda acústica que transporta gran cantidad de energía a los puntos dolorosos y tejidos fibrosos en condiciones crónicas, con una intensidad y frecuencia previamente seleccionada.

Dado que la mayoría de los tejidos presentan propiedades acústicas similares al agua,  las ondas de presión se propagan en el cuerpo sin originar daños en los tejidos circundantes.

Por otra parte, los depósitos de calcio en el tendón, al tener otras propiedades acústicas, rompen la onda de presión y pueden disolverse y así los estados dolorosos crónicos desaparecen.


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